Los viajes nocturnos de la barca de Pere Ant贸n.
Hola! 馃懟
Hay rincones de la antigua Barcelona mar铆tima donde el tiempo parece reflejarse. Basta mirar el vaiv茅n del agua, o el brillo de las luces del puerto, para imaginar que bajo la superficie a煤n se mueven historias que la ciudad olvid贸 hace siglos. Una de ellas, nacida en el viejo port vell y transmitida de generaci贸n en generaci贸n, habla de un patr贸n que descubri贸 —sin querer— que su barca llevaba una doble vida.
Hace tiempo, en Barcelona, viv铆a un patr贸n muy conocido llamado Pere Anton. Cada noche dejaba bien amarrada su barca en el antiguo puerto de la ciudad, y a la ma帽ana siguiente, al regresar a esta, la encontraba completamente mojada, con se帽ales claras de que alguien la hab铆a hecho salir al mar durante la noche.
Intrigado por aquel misterio, pregunt贸 a compa帽eros y gente del muelle, pero nadie supo darle raz贸n alguna. El caso dur贸 varios d铆as hasta que Pere Anton, cansado de no encontrar explicaci贸n, decidi贸 vigilar la embarcaci贸n 茅l mismo.
Una noche, bien escondido en la oscuridad, aguard贸 en silencio. Hacia medianoche escuch贸 un golpe dentro de la barca: un mochuelo hab铆a entrado… y en un instante se convirti贸 en mujer. Despu茅s llegaron seis mochuelos m谩s que, como el primero, tomaron figura humana. La que parec铆a capitanear al grupo pronunci贸 la letan铆a:
—“Rema una, rema dos, rema tres, rema cuatro, rema cinco, rema seis, rema siete.”
Pero nada ocurri贸. La capitana repiti贸 las palabras y de nuevo la barca no se movi贸.
Desconcertada, pregunt贸:
—“¿No hay aqu铆 ninguna de vosotras que se haya dejado a alguien dentro?”
Todas dijeron que no.
Entonces concluy贸:
—“Aqu铆 debe de haber alguien que lo impide. Remaremos por ocho, y ver茅is c贸mo funciona.”
Y as铆 fue. Con un brusco aceler贸n, la barca se lanz贸 sola hacia el mar, avanzando con tal rapidez que Pere Anton apenas pod铆a sostenerse.
Tras un largo trayecto, la embarcaci贸n se detuvo en una playa desconocida. Las siete mujeres recuperaron su forma de mochuelo y se dispersaron entre la arboleda pr贸xima, no sin ordenar antes:
—“De aqu铆 a un cuarto, todo el mundo aqu铆 y buena faena.”
A solas, Pere Anton salt贸 a tierra. Reconoci贸 que no sab铆a en qu茅 parte del mundo se encontraba, pero al ver ciertos 谩rboles desconocidos, cort贸 algunas ramas convencido de que podr铆an revelarle d贸nde hab铆a desembarcado. Luego se escondi贸 para no ser descubierto.
Al poco rato los mochuelos volvieron; reconvertidas en mujeres, la capitana repiti贸 su f贸rmula y la barca emprendi贸 el viaje de regreso. En cuesti贸n de momentos estaban de nuevo en la playa de Barcelona, donde cada una se transform贸 otra vez en mochuelo y se dispers贸 por la ciudad que dorm铆a.
Cuando Pere Anton mostr贸 las ramas a los viejos lobos de mar del puerto, todos coincidieron: pertenec铆an a 谩rboles que solo crec铆an en Am茅rica.
El patr贸n hab铆a cruzado el Atl谩ntico en una sola noche… sin mover un dedo.
Aquellas mujeres, supo despu茅s, no eran otra cosa que brujas que tomaban forma de mochuelo para viajar cada noche al otro lado del oc茅ano, sembrar cuanto mal pod铆an y volver antes del alba, usando la barca del pobre Pere Anton, que sin saberlo se hab铆a convertido en su barquero clandestino.
馃挜Barcelona, tan cercana al mar, ha vivido de espaldas y a la vez de frente a estos prodigios. Tal vez por eso guardamos tantas historias que flotan entre lo posible y lo imposible.
Y t煤… ¿crees que en alguna noche sin luna a煤n podr铆a o铆rse el bramido de esa barca cruzando a toda velocidad el port vell?
¡Te leo! 馃憖
Adaptaci贸n fiel de una leyenda recogida por Joan Amades.
*El Port Vell de Barcelona estaba situado exactamente frente al actual Passeig de Colom, entre el Portal de la Pau (Monumento a Col贸n) y la zona del actual Moll de la Fusta. All铆 estaba la l铆nea de costa medieval: el mar tocaba directamente la muralla mar铆tima. En ese tramo —una playa portuaria sin muelles de piedra— las barcas peque帽as se dejaban varadas o amarradas.
Ese es el escenario original de la leyenda de Pere Anton.


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