La fotografía espiritista del Museu Frederic Marès.



Hola! 👻🙋‍♂️

 Hoy traigo una historia casi invisible, pero con un eco que aún atraviesa los muros del Marès.

Buscando fotografías de fantasmas relacionadas con nuestra ciudad, encontré algo que me llamó poderosamente la atención.
Entre catálogos antiguos y referencias académicas, apareció el nombre de un fotógrafo del siglo XIX: Saint-Edme, activo en París.
Y junto a él, una nota que hablaba de Barcelona: Museu Frederic Marès.

El número de registro era claro: MFM-S-21984.
La descripción, breve pero inquietante:
“Retrat d’home amb ‘fantasma’”, realizado en París y conservado en el museo barcelonés.
Un retrato real de un hombre y la figura tenue de algo que parece estar... y no estar 👁️.

📜 Según la documentación oficial, la fotografía fue realizada entre 1850 y 1899 y donada por Frederic Marès i Deulovol el 1 de enero de 1979.
No fue una compra moderna ni una reproducción: Marès la guardó entre sus curiosidades personales y acabó entregándola al museo junto a otras piezas singulares de su colección 🕯️.

De Saint-Edme se conserva poca información más allá de su firma parisina y de las fotografías que llevan su nombre.
La fotografía no parece hecha con ironía ni con intención de engañar, sino con una seriedad que hoy resulta aún más desconcertante.
Quizás, como tantas otras de su tiempo, buscaba dar forma a una esperanza: la de que la fotografía pudiera atrapar algo más que la luz.
El hombre retratado sigue siendo un desconocido: en la ficha del museo no figura su nombre ni ninguna dedicatoria.

Pudo ser un cliente anónimo que acudió al estudio de Saint-Edme en busca de un retrato “con aparición”, o quizá un modelo utilizado por el propio fotógrafo para mostrar lo que ofrecía a su clientela.
En aquellos años era común que algunos talleres reutilizaran negativos de personas sin identificar para crear imágenes con presencias espirituales.

🕯️ Este tipo de retratos no se hacían con intención de broma.
Se vendían como imágenes serias, ofrecidas a quienes creían que la cámara podía fijar un instante del alma.
El “fantasma” aparecía translúcido, blanco, sereno, mientras el retratado posaba sin gesto de miedo.
Todo en la composición buscaba tranquilidad y consuelo, no susto ni espectáculo.

En pleno siglo XIX, cuando el espiritismo se extendía por Europa, muchas personas aceptaban estas fotografías como verdaderas.
La cámara era un invento nuevo y casi mágico, y su capacidad para mostrar lo que el ojo no veía resultaba convincente.
Creer en la fotografía era creer en la ciencia, y para muchos, esa mezcla bastaba para aceptar lo invisible como posible.

✨ La imagen de Saint-Edme que hoy guarda el Marès forma parte de ese contexto.
No nació del fraude, sino de la fe.
Una fe que, vista desde ahora, parece ingenua… pero también profundamente humana.

📍 Desde 1979, la fotografía forma parte del patrimonio que las y los barceloneses custodian en el Museu Frederic Marès.
Una pieza diminuta, casi olvidada, pero que conecta a la Barcelona actual con aquel siglo en que la ciencia y la fe se rozaban sin pudor, y la cámara se atrevía a mirar donde los ojos no podían 🌫️.

Tal vez por eso, aunque la imagen naciera lejos, su misterio pertenece ya a Barcelona, la ciudad que nunca ha dejado de mirar más allá de lo visible.

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