La celda sellada de Sor Hipólita de Rocabertí.

-(Convent dels Àngels, Barcelona – siglo XVII)-

En pleno corazón del Raval, donde hoy el arte contemporáneo y el bullicio urbano  ocupan el lugar del silencio, aún se levanta el Convent dels Àngels📸, fundado en 1562 para las dominicas. 
Entre sus muros pasó sus días una mujer cuyo nombre resonó más allá de la clausura: Sor Hipólita de Rocabertí.

Hija del vizconde de Rocabertí, ingresó siendo adolescente y llegó a ser priora. La intensidad de su vida espiritual atrajo a teólogos y confesores, hasta el punto de que en 1679 se publicó su biografía: Vida de la Venerable Madre Hipólita de Jesús, escrita por el dominico Fray José de Santa María. En ella se narra un episodio tan asombroso como real.

Deseando una vida aún más apartada del mundo, Hipòlita pidió a sus superiores que la dejasen “emparedada dentro del mismo monasterio”. El término, hoy estremecedor, tenía otro sentido en su tiempo: significaba reclusión voluntaria en una celda sellada, con apenas una pequeña abertura por donde recibir la comunión y algo de alimento. Era la forma más extrema de clausura y oración contemplativa 🙏🏻.

Un inventario de 1606 —conservado en el Arxiu Històric de la Ciutat— menciona una “cel·la de reclusió” usada para penitencia y meditación. Todo indica que fue allí donde la priora pasó largas temporadas en silencio, apartada del mundo pero en el corazón de Barcelona 🕰️.

Sor Hipòlita murió en 1624, en olor de santidad. Sus hermanas conservaron su memoria durante siglos, y el Convent dels Àngels siguió siendo lugar de recogimiento.
El convento sigue en pie, aunque su función cambió hace siglos.
Solo las piedras que fueron clausura recuerdan que, en este mismo lugar, una mujer eligió desaparecer del mundo para mirar más adentro. ⚜️

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