El petó de la Mort.

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La historia de la tumba conocida como "El Petó de la Mort" (El Beso de la Muerte) en el cementerio del Poblenou de #Barcelona está ligada a un conmovedor episodio familiar.

"El Petó de la Mort" fue encargada por la familia Llaudet, una destacada estirpe de industriales textiles de la burguesía catalana. La obra conmemora la trágica pérdida de Josep Llaudet Soler, un joven hijo de la familia que falleció prematuramente en 1930. La muerte de este joven, ocurrida en la plenitud de su vida, dejó una profunda huella en sus seres queridos, quienes decidieron honrar su memoria con una escultura que reflejara tanto el dolor como una visión poética y trascendental de la muerte. 

El epitafio que acompaña la tumba incluye unos versos del poeta Jacint Verdaguer, extraídos de su obra "A Montserrat":

"Mes son cor jovenívol no pot més / en ses venes la sanch s’atura y glaça / y l’esma ja perduda amb la fe s’abraça / sentint-se caure de la mort al bes."

(Traducción: "Mas su joven corazón no puede más / en sus venas la sangre se detiene y se hiela / y el ánimo perdido con la fe se abraza / sintiéndose caer al beso de la muerte.")

Estos versos, cargados de simbolismo, inspiraron la concepción de la escultura y le dieron su nombre.

La obra, tallada en mármol blanco, representa a un esqueleto alado —una personificación de la muerte— que besa suavemente en la frente a un joven arrodillado, cuyo cuerpo parece rendirse al destino. La escena transmite una mezcla de serenidad, inevitabilidad y una cierta ternura morbosa, lo que la hace única y profundamente impactante. Este enfoque se alinea con la tradición del memento mori ("recuerda que morirás"), que invita a reflexionar sobre la mortalidad y la trascendencia del alma.