Barcelona bajo la Sombra de Almanzor: Un Asedio de Terror.
Imagina Barcelona, un día de julio del año 985. La tranquilidad de la ciudad se rompe con la llegada de un ejército imponente: las tropas de Almanzor. No venían de visita, sino a saquear. Se cree que un punto débil en la muralla, quizá por donde hoy se alza la Plaza Ramón Berenguer (un tramo similar al de la foto), les dio la entrada, facilitando la brecha para que sus soldados, a pie y a caballo, irrumpieran en la ciudad.
Durante el asedio, los valientes defensores de Barcelona luchaban con uñas y dientes, lanzando enormes piedras desde lo alto de la muralla y de las torres. Flechas y arena hirviendo eran otras de las armas desesperadas que ayudaban a contener al ejército invasor.
Pero las tropas de Almanzor no se quedaban atrás. En una auténtica estrategia de terror diseñada para quebrar la moral, lanzaban murallas adentro cabezas de soldados derrotados en su paso hasta llegar a las puertas de Barcelona.
El asalto final se produjo cinco días después. El 6 de julio, las tropas de Almanzor irrumpían por ese tramo de la muralla, desatando el terror en la ciudad. Saquearon Barcelona llevándose todo lo de valor que encontraron. También secuestraron a mujeres, niños y hombres como esclavos o botín de guerra. Días más tarde, con la ciudad derrotada y desolada, exhibirían a las y los cautivos a las afueras de la ciudad, un espectáculo humillante de su victoria.
Quienes quisieran recuperar a sus familiares secuestrados, se enfrentaban a una dura elección: pagar un gran rescate o ver cómo sus seres queridos se iban con las tropas árabes de regreso al reino de Córdoba, donde su vida ya no sería la misma.
Una página oscura en la historia de Barcelona, que nos recuerda la fragilidad de la paz en tiempos de conquista.


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