La curiosa historia de un curioso nombre.
Barcelona, ciudad de historia y misterios, esconde en su callejero nombres que evocan personajes y sucesos del pasado. Uno de estos enigmas se encuentra en el corazón del Raval: la calle Xuclà.
¿Quién fue Xuclà y por qué una calle lleva su nombre?
La respuesta nos transporta a la corte de los reyes de Aragón, entre los siglos XIV y XV. Allí, Antoni Tallander, conocido como Mossèn Borra, era el bufón que con su ingenio y ocurrencias amenizaba la vida palaciega.
¿Mossèn? ¿Un bufón con título eclesiástico? En realidad, "Mossèn" era un tratamiento honorífico común en aquella época. Mossèn Borra era muy apreciado en la corte, recibiendo incluso dinero y favores del rey.
Con el tiempo, el bufón se convirtió en juglar, un artista ambulante que entretenía al pueblo. Y es aquí donde surge la transformación lingüística que da nombre a la calle.
"Bufón" derivó en "juglar", y este último se transformó en "Xuclà". Así, el recuerdo de Mossèn Borra quedó plasmado en el callejero, aunque bajo un nombre que oculta su origen.
La próxima vez que pasees por la calle Xuclà, recuerda la historia de este personaje singular y cómo su legado ha perdurado a través de los siglos, camuflado en una palabra que nos invita a imaginar las risas y el bullicio que Mossèn Borra provocaba en la corte aragonesa.


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