El librero asesino.
Bajo estos porches de la calle Consolat del Mar de Barcelona, tenía en 1836 una librería Fray Vicens, un monje de Poblet (Tarragona), que dejó su antigua vida en el monasterio para dedicarse en Barcelona a su pasión: los libros. El ex monje, a lo largo de su vida, se hizo con una valiosísima colección de libros, con los que ahora esperaba hacer negocio.
Un día llegó un hombre a su librería y le compró un antiquísimo libro, el cual vendió por mucho dinero, pero en cuanto el cliente salió por la puerta, se arrepintió. Amaba demasiado esos libros como para venderlos. Así que se le ocurrió una idea para quedarse con el dinero y recuperar los libros...
A cada ejemplar que vendía, les arrancaba antes (sin que el comprador lo viera), las dos últimas páginas. Así, cuando el inocente lector volvía a reclamar, el librero le atacaba con un cuchillo que guardaba en el mostrador, y lo mataba ahí mismo, recuperando así las dos últimas páginas y completando de nuevo el libro.
Esa táctica la repitió 12 veces, hasta que la policía consiguió atar cabos y reunir pruebas de los 12 asesinatos, y fue detenido y condenado a muerte por garrote vil, en octubre de 1836 en Barcelona.


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