La Virgen ayudó a este joven barcelonés.

La calle Flassaders de Barcelona, en el barrio del Born, recibe su nombre por un tipo de mantas que se hacían ahí, muy apreciadas. Este gremio se estableció en esa calle. Pero hay también una leyenda curiosa, de estas que merecen ser contadas...

 La leyenda dice que hace mucho tiempo, justo cuando iban a apagar las luces de la calle (que eran de gas) , unos ladrones entraron en casa de un viejo muy tacaño que guardaba una enorme cantidad de monedas. Lo apuñalaron sin parar hasta matarlo, no sin antes asegurarse mediante golpes que les decía donde guardaba sus ahorros. Una vez con el botín, los ladrones huyeron. 

Un joven fabricante de "flassades" del barrio, al oír los gritos que salían desde la casa de su vecino, corrió para ver qué pasaba, y al entrar se encontró la terrible escena. En medio de un gran charco de sangre y con la casa toda desordenada, yacía muerto el viejo avaro. El joven intentó reanimarlo, pero ya no había nada que hacer. Muy asustado por lo que había visto, se fue a su casa, encerrándose y dejando las luces de gas encendidas, por si continuaban los ladrones por la calle. 

Al tiempo, pasó el sereno por la calle, y viendo la puerta del viejo abierta, se metió para comprobar que todo estaba bien. Pero también vio la terrible escena, el charco de sangre, el viejo muerto y unas tijeras de cortar mantas en el charco, que debían habérsele caído al joven al intentar socorrer al anciano. La luz del joven vecino estaba encendida, y sus tijeras de oficio en el charco. Todo le señalaba. Le arrestaron y condenaron a muerte. Se dirigían al Pla de les Forques, (Llano de las Horcas) por la calle Montcada, para ejecutarlo. Entre llantos y gritos defendía su inocencia, suplicaba que le dejarán marchar. En ese momento, la cabeza de la imagen de piedra de la Virgen de Santa Maria del Mar se giró hacia la calle Montcada, y miró al joven sosteniendo la mirada y moviendo la cabeza conforme le llevaban.

Las autoridades entendieron que el joven era inocente y que la virgen les pedía que lo soltaran, cosa que hicieron al momento. 

Leyenda curiosa, ¿verdad?