La Santa Madrona contra los demonios.

➡️Si paseas por Montjuïc, en Barcelona, tal vez puedas ver la ermita de la Santa Madrona. Nosotr@s hemos pasado hoy, pero estaba cerrada, aunque también es bonita verla por fuera.

Esta ermita es protagonista, junto a la Santa Madrona, que fue hace tiempo patrona de la ciudad, de una curiosa leyenda.

Se dice que Madrona nació en una villa romana cerca de Montjuïc, pero al quedarse huérfana siendo niña, se fue a Grecia con un tío suyo. Allí, pasando distintas vivencias, y resumiendo mucho, murió de una tremenda paliza que le dio la "señora de la casa" donde servía, cuando esta descubrió que la niña era cristiana.

A partir de ahí empezó a tener mucha devoción y se le atribuían milagros. La gente le tenía mucho cariño a la joven Madrona. Tanto que la proclamaron Santa. Tras un periplo en barco, su cuerpo, de regreso a la ciudad donde nació, fue depositado en la ermita que hoy lleva su nombre en Montjuïc (fotos).

Un día el Diablo, celoso por el amor que sentía la población hacia la Santa, convocó a legiones de demonios para que escavaran un túnel que llegara desde el mismo infierno hasta la ermita, para así horadar la montaña de Montjuïc y que esta se derrumbara encima de la ciudad, matando a cuantos más barceloneses y barcelonesas pudieran y así escarmentarles por su devoción a la Santa. 

 La Santa Madrona se enteró de los planes, y cuando los demonios estaban llegando, salió de la ermita y mirándoles les hizo la señal de la cruz. Ante esa visión tan poderosa, los demonios huyeron espantados y entre alaridos, de nuevo al infierno, de donde nunca más salieron.